La ciudad más opulenta del país se ha convertido en un territorio expulsivo para la clase media. Ya era imposible comprar. Ahora también alquilar. El diagnóstico del legislador Leandro Santoro sobre esta situación y a quiénes apunta.

La macrópolis. La ciudad-estado argentina que congrega desde el nacimiento de la patria la atención de todos los actores políticos, sociales, mediáticos, empresariales, y la lista podría seguir.

Ésa es la Buenos Aires de la tercera década del siglo XXI, esa ciudad donde comprar un departamento ya era imposible, y ahora alquilarlo se está poniendo igual. ¿En qué momento ocurrió que Buenos Aires se convirtió en una ciudad que expulsa a su gente?

"El principal problema que tiene la ciudad, es que la planifican los desarrolladores inmobiliarios y la gestionan las grandes corporaciones".

El que responde es Leandro Santoro, quien dio esas declaraciones ante la consulta de Duro de Callar, por Radio del Plata. La consulta era por la agudización de la crisis de acceso a la vivienda que atraviesan los habitantes de la ciudad más rica del país.

Los números no mienten. La CABA tiene un presupuesto de 650 mil millones de pesos, es decir, unos 200 mil pesos por ciudadano. La cifra es incomparable con ninguna otra ciudad ni provincia del país. Con el agregado de que hay muchos servicios de la CABA que los sigue financiando la nación, como la policía metropolitana y los servicios de Justicia, algo que todas las provincias tienen que afrontar con fondos propios.

"Entonces no es un problema de pobreza del estado local, sino de decisión política. El problema con la CABA está en que quien la planifica, la piensa y la ejecuta es el mercado", sostuvo el legislador opositor y aspirante a ocupar el sillón de Rodríguez Larreta.

La consecuencia de que ese manejo esté en manos del mercado y no del estado, es que cada vez menos personas pueden pagar un alquiler en la CABA. Y el origen es que en la ciudad más rica de la Argentina, "todas las construcciones son planificadas como reserva de valor", o sea, para hacer guita, según puntualiza Santoro, al señalar que "no hay una planificación de construcción social de vivienda ni nada que tenga que ver con la idea de tratar de hacer accesible un recurso con el suelo para poder construir con un criterio que no sea sólo el de la máxima rentabilidad".

DAME NOMBRES

Lo que sigue es preguntarse quiénes son esas grandes corporaciones y desarrolladores que deciden sobre los destinos de la ciudad. "Está IRSA, de Eduardo Elsztain, está Costantini, está Werthein y 3 ó 4 más que son los más fuertes", responde Santoro, señalando que algunas están vinculadas al Jefe de Gobierno.

¿Cómo es eso? "Claro, Augusto Rodríguez Larreta, el hermano de Horacio, fue gerente de IRSA, que es una de las empresas que terminan comprando todos los terrenos públicos", puntualizó, señalando también que "Werthein  está detrás del negocio de los terrenos del Tiro Federal, y Costantini, tras los predios de Catalinas en La Boca. E IRSA estuvo con el proyecto del desarrollo de un shopping al lado de la cancha de Ferro, en Caballito. Así pasa con cada uno de ellos".

La consecuencia de poner a estas empresas a decidir los destinos de la ciudad, es que lo que terminan haciendo es que se deteriore la calidad de los servicios que reciben los vecinos, mientras "Larreta gobierna con la ventaja de que todos los problemas que tiene la gente de la ciudad de Buenos Aires, nunca se transforman en demandas de la gente, y nos terminamos acostumbrando a vivir así".