Un nombre clave une al supuesto investigador y al supuesto investigado. Un juez que no se quiere apartar de una causa en la que es claramente parte. El pacto de impunidad en Comodoro Py se cierra con la sagrada familia judicial. Garavano aliviado, lo investigará Ercolini, un “amigo de la casa”. Quién es la mujer que aparece entre ambos.

Garavano acaba de ser imputado por haberle hecho pagar el equivalente a 120 mil dólares al "arrepentido" que fue testigo clave para condenar a Boudou en la causa Ciccone. Y el juez que lo tiene que investigar es Julián Ercolini.

Pero acá hay un grave problema, y te lo voy a contar en esta nota, para que entiendas cómo funciona la justicia y la política en Argentina, cuando ambas tienen puesto el antifaz y el pasamonotañas para salir a chorear.

Pero vamos por parte. ¿Qué le imputan a Garavano? Es bastante sencillo. Como ministro de Justicia durante el gobierno de Macri, Garavano impulsó y autorizó el pago desmedido de fondos a Alejandro Vanderbroele durante el tiempo en que fue ingresado al Programa Nacional de Protección de Testigos.

Vanderbroele era uno de los imputados/procesados por la causa Ciccone, que fue la que finalmente llevó a prisión a Amado Boudou, acusado de intentar quedarse con "la máquina de hacer billetes", siguiendo el cliché acuñado por la derecha. Y ese intento de apropiación había sido supuestamente a través de su alegado testaferro, Alejandro Vanderbroele.

El tema es que Vanderbroele súbitamente pasó de imputado a arrepentido. De un día para el otro, propuso colaborar con la investigación, declaró en contra de Boudou, y eso resultaría categórico para sustanciar la condena dictada por el juez Bertuzzi.

Luego se conoció, a través de una investigación del colega Ari Lijalad, que el gobierno le había pagado a Vanderbroele para que montara un hotel en Mendoza. Y cuando se comenzó a investigar un poco más, se determinó que ésa fue solo una parte de la "ayuda" que le dieron al testigo, quien terminó recibiendo el equivalente a 120 mil dólares.

Para hacerla aún más ilegal, por más que el límite improrrogable eran seis meses, Vanderbroele permaneció más de dos años dentro del Programa de Protección de Testigos durante el cual recibió esa cifra, la más alta de todas las pagadas a todos los testigos protegidos en el país.

Por esa razón, Garavano quedó imputado por la Justicia, a partir del trabajo realizado por la fiscal Paloma Ochoa. Si querés conocer bien los detalles, lo podés hacer leyendo esta nota.

DÓNDE ESTÁ EL PROBLEMA

El problema es que la causa será instruida en Comodoro Py por el juez federal Julián Ercolini, quien subroga en el Juzgado Criminal y Correccional N°11.

¿Y por qué digo " problema"? Simple. Porque Ercolini debería haberse apartado inmediatamente de esta causa, algo que hasta ahora no lo hizo. Y creo que no tiene pensado hacer.

¿Por qué debía apartarse? La respuesta tiene nombre y apellido: Julia Kenny.

¿Quién es? Julia Kenny actualmente es directora de Comunicación del Ministerio Público Fiscal, es decir, empleada de Casal. Pero hasta noviembre de 2018, cumplió ese mismo rol, pero en el Ministerio de Justicia. O sea, era empleada de Garavano. Una de sus asesoras clave.

¿Y cuál sería el problema? La respuesta está en esta foto:

Cómo se empezó a montar desde el minuto cero la impunidad del exministro Garavano

Julia Kenny, ex subordinada de Garavano, es nada más ni nada menos que la esposa de Ercolini.

¿Se entiende, no? Ercolini tiene que investigar al tipo que le dio laburo (y muy bien pago) a su mujer en el Ministerio de Justicia.

De hecho, probablemente Kenny lo haya asesorado a Garavano sobre la mejor manera de comunicar (u ocultar) las barbaridades que se hacían desde esa cartera de gobierno, cuando arreciaba la guerra judicial contra los opositores y parecía que Cambiemos se comía a los chicos crudos.

De hecho, la condena a Boudou fue el 8 de agosto de 2018, cuando Kenny todavía trabajaba junto a Garavano, y cuando su jefe cometía los delitos por los que ahora ha sido imputado. Incluso hasta da para pensar que la mujer de Ercolini lo podría haber asesorado al exministro cuando cometía los hechos que ahora se le imputan.

Precisamente, cuando se conoció que Kenny trabajaba en la cartera de justicia, Garavano salió a poner el cuerpo y la defendió: "Es una profesional muy seria, muy respetada en todo el medio. Hay muy pocos expertos en estas cuestiones de prensa vinculadas a la Justicia y ella es una".

Quien sintetizó el problema con bastante claridad fue el exjuez federal Carlos Rozanski, también víctima de Garavano.

“La esposa del juez que debe investigar a German Garavano por graves delitos, era la asesora del propio Garavano. Como es tradición en ese sector corrupto de la justicia federal, el juez no se excusó. No reformar el Poder Judicial nos expone a esa y otra clase obscenidades”, escribió Rozanski.

La pregunta que nos queda, es: ¿Hay alguna chance de que Ercolini -más allá de su obvia inclinación política- sea un juez imparcial, que avance efectivamente en la investigación contra un hombre poderoso imputado por un delito grave?

Creo que ya sabés mi respuesta.