En la causa hay registro y transcripciones de llamadas que corresponderían a Susana Martinengo, la ex secretaria de Documentación, ahora ignorada y desconocida por Mauricio Macri, pero que trabajaba a escasos metros de su oficina. Sin embargo, en esas comunicaciones en donde se abordan los temas de inteligencia, Martinengo y su interlocutor masculino hacen referencia explícita a “Mauricio”. Mirá el video de Vanesa Petrillo y las transcripciones.

Era sólo cuestión de tiempo. La investigación avanza desde abajo hacia arriba, desde los ejecutores materiales del espionaje hasta los ideólogos.

Desde los que cableaban Ezeiza y sacaban fotos desde los autos, hasta los que aguardaban las carpetas sentados detrás de sus escritorios en importantísimas oficinas del Estado.

Al principio parecían cuestiones aisladas, pequeñas. Luego se comprobó que había una verdadera red de espionaje. Todo surgió con la confesión de Facundo Melo, un agente orgánico y abogado de la AFI.

Empezaron a confesar los espías de calle, esos que se ahora frente al Congreso y al juez Federico Villena se consideran a sí mismos como “los perejiles”.

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Ya apareció el primer arrepentido, Jorge “El Turco” Sáez, amigo de Martinengo y dispuesto a contar todo. En la Comisión Bicameral ratificó el espionaje. Dijo que todo es cierto.

Alan Ruiz, el jefe de la banda, oficialmente Jefe de Operaciones Especiales, ya fue detenido luego de que allanaran su casa y lo sorprendieran desarmando una PC. Es un hombre íntimo de Patricia Bullrich. Ella lo saco del Ministerio de Seguridad de la Pampa en 2016, lo llevó a Nación y de ahí a la Agencia Federal de Inteligencia. Está complicada.

Y sigue subiendo. La denuncia de la actual AFI es contra Gustavo Arribas y Silvia Majdalani, los dos directores de la agencia. Arribas, íntimo amigo de Macri; “el más tramposo” según la descripción que daba el mismo Mauricio.

Los espías dijeron que la banda espía reportaba a Susana Martinengo. Desde el círculo del expresidente la desconocen, dicen que nunca la vio. Pero están las fotos. De otra manera, ¿qué haría Martinengo con esa información? ¿Era la verdadera presidenta detrás del presidente, la que daba las órdenes? No resiste el más mínimo análisis.

Mirá el video

Y también están las llamadas que se suponen que serían de Martinengo hablando con los espías. En esas comunicaciones, Martinengo menciona a “Nieto”. Se trataría de Darío Nieto, el secretario privado de Macri. Su domicilio ya fue allanado. Se acerca más.

¿Todas estas personas sabían menos el presidente? ¿Todo ocurría bajo sus narices, a metros de su oficina, y él no sabía nada? Es preferible reconocer ser tan ingenuo antes que un delincuente.

En las transcripciones de esas comunicaciones, el interlocutor de Martinengo se refiere explícitamente a “Mauricio” y ella se refiere “al uno”. ¿Quién más, si no?

De las calles a las oficinas de la Casa Rosada. Mauricio Macri, complicadísimo por el espionaje: Martinengo dice que sabía todo.

Transcripción de comunicación.

De las calles a las oficinas de la Casa Rosada. Mauricio Macri, complicadísimo por el espionaje: Martinengo dice que sabía todo.

Transcripción de comunicación.

De las calles a las oficinas de la Casa Rosada. Mauricio Macri, complicadísimo por el espionaje: Martinengo dice que sabía todo.

Transcripción de Comunicación.

De abajo hacia arriba. Desde las calles hasta las oficinas más importantes de la Casa Rosada. Si se confirmara que Mauricio Macri fue el ideólogo principal de la red de espionaje, esto sería un escándalo sin precedentes en la historia institucional democrática de nuestro país.

Si se confirmara que todo surgía del sillón de Rivadavia, se invierte la pregunta: de ahí para abajo, ¿quién zafa?