Elecciones en Brasil: victoria amarga para los electores de Lula en la primera vuelta.
Juan Ortiz es periodista en Brasil y habló con Duro de Callar para analizar los resultados de las elecciones en el país vecino.
Una vez más, las encuestas fallaron. Mientras algunos sondeos concedían casi 14 puntos de diferencia entre Lula y Bolsonaro, la mayoría daba por hecho que el expresidente conseguiría más del 50% necesario para ganar en primera vuelta.
Nada de eso sucedió y la diferencia entre Lula y Bolsonaro terminó siendo de un poco más de 5% (48,4% a 43,2%).
A pesar del triunfo del candidato popular, lo que sorprendió fue la elección del actual presidente.
“Para los electores de Lula fue una especie de victoria amarga”, expresa el periodista Ortiz, intentando sintetizar el ánimo de los votantes del expresidente.
Las encuestan fallaron en capturar el fenómeno político más importante de los últimos tiempos en las sociedades occidentales: la consolidación de las extremas derechas.
En comparación, Bolsonaro hizo una mejor elección ayer que en 2018. Ayer consiguió reunir aproximadamente 51 millones de votos, 2 millones más que la primera vez.
Con ello, Bolsonaro consiguió ampliar el número de diputados y senadores.
“Bolsonaro ya tiene una mayoría en el Congreso que le permite hacer lo que quiera”, explica Ortiz y agrega que el líder del Partido Liberal ya tiene la cantidad de senadores como para destituir a cualquier miembro de la Suprema Corte.
Esto supone un gran obstáculo para cualquier gobierno que no sea del partido del actual presidente.
De ganar Lula, el Partido de los Trabajadores deberá negociar en el seno del Congreso casi cualquier iniciativa de gestión.
Para conquistar la presidencia, el exmandatario necesita capitalizar los votos de la tercer y cuarta fuerza, cerca de 9 millones de electores que representan alrededor de 7%.
Es algo que parece posible, teniendo en cuenta el gran frente amplio que construyó el líder del PT, aunque los candidatos no han expresado aún el apoyo directo.
Otra posible fuente de apoyo podría venir de los votantes que se abstuvieron de participar en la pasada primera vuelta, cerca del 20% del electorado.
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