Lo mostró ADN PERIODISMO FEDERAL en una investigación exclusiva publicada hace 2 meses. En los allanamientos se descubrieron videos de seguimientos a María Eugenia Vidal, Diego Santilli y Nicolás Massot, entre otros. Hay 1500 carpetas de oficialistas y opositores. Hay carpetas completas de los presos en Ezeiza. Están los nombres de los agentes que realizaban los seguimientos. Está todo. Es la causa más grande y más grave de espionaje ilegal en la historia de nuestro país. Mirá la información exclusiva. 

Cómo empezó todo

Hace 2 meses, ADN PERIODISMO FEDERAL publicó una entrevista en donde un exagente de la Agencia Federal de Inteligencia contaba que le habían ordenado armar una causa en contra de Hugo y Pablo Moyano, opositores del gobierno anterior.

La operación venía ordenada desde el mismo sillón presidencial, pero estaba articulada materialmente por el jefe de operaciones de la AFI en aquel momento, Alan Ruiz.

Ruiz venía del Ministerio de Seguridad de la Pampa. De allí pasó al Ministerio de Seguridad de la Nación bajo el mando de Patricia Bullrich, quien luego lo llevó a la AFI.

Él era el encargado de llevar a cabo las tareas de espionaje ilegal con todo el aparato estatal a disposición. ADN PERIODISMO FEDERAL mostró incluso cómo Ruiz dirigió el espionaje a la actual vicepresidenta, Cristina Kirchner.

Capturas de la conversación de uno de los agentes de calle con Alan Ruiz durante el espionaje a Cristina Fernández.

Capturas de la conversación de uno de los agentes de calle con Alan Ruiz durante el espionaje a Cristina Fernández.

Se destapa la olla

A partir de la información publicada por ADN PERIODISMO FEDERAL se aceleraron las investigaciones. Ahora todo está en la causa bajo la dirección del juez de Lomas de Zamora, Federico Villena.

Durante los últimos días se ordenaron varios allanamientos. En uno de ellos, el mismo Alan Ruiz fue sorprendido mientras intentaba desarmar su computadora personal.

También se rescató el celular de un exagente que estaba confiscado en otra investigación bajo el mando del juez Daniel Rafecas. En ese celular, que nunca había sido abierto hasta el momento, se encontró muchísimo material.

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La olla que se está destapando es tan grande que la AFI ha pedido que el expresidente, Mauricio Macri, sea citado a indagatoria bajo la sospecha de haber delineado los objetivos y las estrategias del espionaje ilegal.

Están muy complicados: Silvia Majdalani, ex subdirectora de la AFI; Alan Ruiz, el jefe de operaciones; y el “Turco” Sáez, el jefe de los “agentes de calle” que realizaban los seguimientos.

La violencia del ejercicio de las persecuciones articuladas por estos personajes siniestros escaló tanto que hasta llegaron a ponerle una bomba de trotyl a José Vila, otro exagente de la agencia.

Qué hay en la causa hasta el momento

Todavía se sigue descubriendo información y se sabe que esto es sólo “la punta del iceberg” de lo que es sin dudas la causa más grande de espionaje en los 203 años de historia de la República Argentina.

En la causa hay más de 1500 carpetas de dirigentes opositores y oficialistas. No importaba el partido, Bullrich y Macri espiaron a todos, incluso a quienes se considerarían más cercanos al poder.

Uno de los propios espiados fue Nicolás Massot. En la causa hay varios videos de seguimientos al ex diputado nacional realizados por distintas personas. Uno de los agentes que “hacía calle” y estaba encargado de seguir a Massot habría sido “La Mecha”.

“La Mecha” llegó a trabajar con Analía Maiorana, actual esposa de Diego Santilli, otro de los propios muy espiados por la AFI de Mauricio Macri.

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En un pendrive se encontraron largas grabaciones en donde Alan Ruiz se explaya detalladamente sobre los movimientos económicos y políticos del actual vicejefe de gobierno de la Ciudad de Buenos Aires.

Aparte de los espiados que trascendieron durante los últimos días, también se encontraron videos de seguimientos a María Eugenia Vidal, una actriz clave dentro del esquema de poder de Cambiemos.

Además, en la causa hay carpetas completas sobre los políticos opositores presos en Ezeiza que prueban el seguimiento y el espionaje ilegal que se ejercía contra ellos. Los agentes encargados de los seguimientos a los presos están registrados con nombre y apellido, y el cableado irregular para montar la red de escuchas dentro de la cárcel está documentado con fotografías.