GNL: Cuatro pericias terminaron sepultando las picardías de Bonadío y Stornelli
Licuada o evaporada, elegí tu propia metáfora. Lo que te tiene que quedar claro es que esta causa, iniciada con un perito trucho y terminada con un abogado trucho, terminó como era de esperar. Ni bien pusieron sobre la mesa pericias oficiales bien hechas, no aparece ni rastro de todo lo que nos hicieron creer durante tantos años. En esta nota te vas a enterar también del furcio de Ercolini que terminó dejando en ridículo a su amigo Bonadío.
Arrancó con un perito trucho que terminó siendo juzgado por falso testimonio. Terminó con un especialista aún más trucho, que resultó que era abogado sin título pero extorsionador profesional.
El expediente madre que desató buena parte de las causas judiciales contra la corrupción K parece camino a evaporarse. Mucho más después de el sobreseimiento que acaba de firmar el juez Julián Ercolini, en el que se ve obligado a dejar limpitos a Cristina, De Vido, Baratta, Cameron, Dromi x 2 y un grupo de empresarios y exfuncionarios K.
Lo dicho: la causa GNL terminó siendo una enorme farsa. Eso sí, montada a la perfección por un dúo que resultó letal: Bonadío y Stornelli. De ellos es probable que nos acordaremos por años.
¿PERO ENTONCES, QUÉ PASÓ?
Vamos al inicio, en octubre de 2014, cuando Patricia Bullrich, Laura Alonso y Federico Pinedo, armaron un trío explosivo y fueron a la justicia pidiendo que se investigaran hechos de corrupción por la compra de barcos con gas natural licuado, el famoso GNL.
Ellos decían que entre 2008 y 2015 se habían pagado sobreprecios, que se había hecho ingresar a intermediarios para que mordieran en el negocio, y que se habían pagado comisiones delictuales en el proceso de importación del GNL, todo, lógicamente en perjuicio de las arcas del Estado.
Leo todo eso y yo también salgo corriendo a pedir la cabeza de los tipos señalados en las denuncias. Y de hecho, eso fue lo que generaron desde la pata mediática de la mesa judicial. El abanderado, y esto no debe ser olvidado, fue Daniel Santoro. Ya sabemos cómo terminó.
¿Y en qué se basaban esas conclusiones como para considerar que medio gobierno había estado prendido en un negociado para esquilmar las arcas públicas? Básicamente en una pericia realizada por el perito oficial David Cohen, que fue el que ratificó que se habían pagado precios exorbitantes por el gas licuado.
En base a eso se dictaron por primera vez las prisiones preventivas, que entre otros, depositaron bajo rejas a De Vido, Baratta y otros exfuncionarios (De Vido ya estaba preso por Río Turbio).
El problema es que la pericia había sido una TRUCHADA MAYÚSCULA, choreada de una monografía de unos estudiantes chilenos. Algo así como un "rincón del vago reloaded".
Como habrá sido de fake, que el pobre Cohen en este momento está procesado y enfrenta una causa por falso testimonio. Pero no fue una picardía lo suyo. La causa ya fue elevada a juicio y se podría comer 10 años de prisión.
CAMBIO DE FIGURITAS
Ni bien se cayó esa truchada, inevitablemente se tuvo que levantar la prisión preventiva de los acusados por la causa. Pero no por mucho tiempo: sale Cohen entra Dalessio.
Cuando la causa iba derecho al archivo, el falso abogado armó junto a Daniel Santoro una nueva "hipótesis delictiva", chamuyo que rápidamente Stornelli y Bonadío abrazaron con pasión.
¿Y ahora? Otra vez prisión preventiva para todos (aunque en este caso había varios adentro por la Causa Cuadernos, que Bonadío manoteó para montarla encima de la causa GNL).
La jugada tendría patas cortas. A inicios de 2019, Dalessio y Stornelli caían en desgracia. Uno, preso; el otro, en rebeldía.
Por eso es que el juez Bonadío apresuró la elevación a juicio de una partecita de la causa, la que correspondía solamente a 2008. Fue el 29 de noviembre de 2019. Y lo hizo haciéndose el tonto con lo dispuesto por la Cámara Federal, que le pedía una nueva pericia. Pero no había tiempo, y Bonadío puso la firma.
EL SUBROGANTE MÁS AMADO
Muerto el juez de la servilleta, la causa recayó en el juez Julián Ercolini, que "sorpresivamente" aterrizó como subrogante justamente en ese juzgado.
Lo que hizo, al retomar el expediente, fue esperar los resultados de las pericias que primero habían exigido Farah e Irurzun y con las que luego insistieran Bruglia y Bertuzzi, desde la Cámara Federal.
Pero el pobre Ercolini, en medio del entusiasmo, no reparó en un detalle: esas pericias que encomendó, que deberían haberse realizado para el período 2009-2015 (para que de ese modo funcionara el plan de loteo iniciado por Bonadío), en realidad se hicieron por todo el período, es decir, incluyeron 2008.
¿Y qué resultado dieron?
Para que no te queden dudas, lo que voy a hacer es citarte textual lo que va diciendo sobre cada una de ellas Ercolini, en su reciente fallo.
- La primera, la hace la AGN. Y el juez dice lo siguiente: "Si bien se efectuaron ciertas recomendaciones a ENARSA, debo tener en cuenta que no se plasmaron irregularidades, hallazgos y recomendaciones vinculadas al valor de importación del fluido".
- La segunda, la hacen los peritos oficiales (Dei Pelino y Fernáncez) propuestos por Ingeniería de la UBA. Cito otra vez lo que extrajo Ercolini: "Entre los años 2013 y 2015 los precios a los que se adquirieron los embarques de GNL se ajustaron con los valores promedio".
Pero claro, no era completo el barrido porque faltaba 2008 a 2012. Para eso se ordenó un nuevo estudio pericial.
- La tercera, estuvo a cargo de otro especialista propuesto por la UBA (Bertero) y designado por el tribunal. Los resultados estuvieron el 16 de diciembre del año pasado. Otra vez lo dejo hablar a Ercolini: "Se logró determinar que los precios pagados por ENARSA por los cargamentos con GNL se correspondieron en todo el período 2008/2012 con los
valores de mercado". Sonamos.
- Pero hay una cuarta pericia: la que hizo Prefectura Naval Argentina para analizar los pagos por el agenciamiento marítimo. Otra vez, Ercolini nos cuenta que "dicho análisis concluyó que la firma privada facturó a Enarsa servicios de agenciamiento marítimo con un facturado que se ajustó a los precios de mercado de aquella época".
O sea. De cuatro pericias oficiales, todas hechas por organismos diferentes, ninguna permitió abonar ni la más mínima posibilidad de sobreprecios.
Por eso, quizás amargamente, a Ercolini no le queda otra que admitir que "corresponde descartar la hipótesis investigativa relacionada con dichos segmentos de las maniobras defraudatorias".
Pero acordate: por descuido/entusiasmo de Ercolini, o vaya uno a saber por qué razón, la cuestión es que las nuevas pericias barrieron también 2008. Y sobre 2008 ya había una parte elevada a juicio. La pregunta es qué va a pasar a hora, porque esta decisión, basada en estas pericias, la dejan en ridículo. Ridículo para la causa y para su noble factótum, que en paz descanse, Claudio Bonadio.
SALUDEN A LA CAUSA QUE SE VA
Alto. ¿Entonces estamos diciendo que virtualmente, la causa GNL se terminó evaporando, como el gas?
En los hechos es así. Es poco probable que se haga el juicio por lo actuado en 2008. Y además tampoco quedan pruebas por realizarse sobre el resto de los períodos.
Pero atención a esto. Estamos hablando de una causa en la que sus dos principales apuntados, Julio De Vido y Roberto Baratta, estuvieron 18 meses con prisión preventiva, para ser luego sobreseídos porque todas las pericias dijeron lo mismo.
¿Alguien se hará cargo?
La semana próxima podría haber novedades sobre esto.
Tomalo como un adelanto.