La guerra ya empezó: las razones de los magnates europeos para impulsar el Mendoexit
Las principales familias megamillonarias de Europa han puesto el ojo sobre el Valle de Uco. ¿Interesados en el vino? Sí, pero mucho más en el agua. En este informe vas a entender quiénes son las grandes fortunas internacionales que buscan empujar el insólito separatismo en Argentina, y quiénes sus monigotes locales dispuestos a venderles el alma. Entre medio, Leo Fariña haciendo de testaferro para “limpiar” la venta de un latifundio. Te lo anticipo: no lo vas a poder creer. La guerra ya empezó.
En abril la vicepresidenta de Estados Unidos, Kamala Harris, dijo en una conferencia algo que a varios nos dejó atemorizados.
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Sí, guerras por el agua. Porque ya es el recurso más preciado del planeta, y porque las grandes potencias van a querer asegurarse ese suministro vital para la especie humana
Yo la voy a corregir a Kamala. Esa guerra por el agua ya se está librando. Y se está librando en todo el mundo, por ahora con métodos bastante "civilizados" pero no menos dañinos.
Por esto te invito a que nos vayamos al Valle de Uco, junto al Río Tunuyán, en Mendoza, precisamente a una zona donde se han levantado una serie de bodegas internacionales de altísimo nivel, llamado el Clos de los 7. Pero ya vamos a hablar de eso. Ahora quiero que conozcas la zona.
Este valle está al pie de la cordillera. Son unas 150 mil hectáreas que desde principios de siglo 20 fueron compradas por el Estado y puestas en manos del Ejército, conformando un gigantesco predio llamado CAMPO DE LOS ANDES.
Esta tierra se encuentra justo donde bajan esos caudalosos ríos mendocinos que traen agua de deshielo, filtrada una y mil veces a través de las rocas. Agua de una calidad internacional, que hace que se la exporte. Quiero que veas este documento, que es de un trabajo del Conicet, donde se marca que todo el valle del Río Tunuyán tiene cantidades increíbles de agua.
Pero claro, una zona tan bendecida por la naturaleza y tan estratégicamente ubicada en el mapa argentino, resultaba muy apetecible para los privados, que con el paso de los años, lo fueron ocupando de manera irregular. Y para ir blanqueándola, lo que hicieron fue simular compras y ventas ficticias a través de testaferros, para que los finales destinatarios puedan decir que las compraron “de buena fe.
¿Testaferros, dije? Ahí es cuando aparece en escena un personaje polirrubro, el “arrepentido” Leo Fariña y su capacidad para comprar y vender un mismo predio valiosísimo en Campo de los Andes, en el mismo día, con el mismo escribano, registrado en asientos consecutivos en el Registro de la Propiedad, y (por ahora) sin ninguna consecuencia para él ni para quienes se prestaron a esa farsa. Mira:
El mismo día y ante el mismo escribano, Fariña “compra” en 162 mil dólares un predio usurpado en Campo de los Andes y se lo vende a un “inversor” en 1,8 millones de dólares.
Pero a esta altura de los hechos, el uso de un testaferro de cabotaje como Fariña termina siendo menor al lado de lo que vas a ver.
Por eso quiero que prestes atención a esta entrevista que hicimos con el coronel Carlos Pisolitto, excomandante de la 8va brigada de Montaña. Fue el primero que denunció estas usurpaciones de privados, y nos hizo dar cuenta de quiénes eran esos ocupas, que siguen usurpando hasta el día de hoy.
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Vos lo escuchaste bien ¿No? Son los millonarios más millonarios del mundo. Megamillonarios como los Rothschild, dueños de la banca europea y de negocios en todo el mundo, que como si les hiciera falta plata, vienen a Argentina y compran por monedas y de manera fraudulenta, estos terrenos que son de todos. Y te lo cuentan con el orgullo de los que hicieron la plata laburando.
Estos son los millonarios que se quedaron con las tierras más preciadas de Mendoza, y probablemente las mejores tierras del mundo para producir vinos.
Y entre ellos, un personaje que no aparece en esa foto, pero que es central en esta historia: la Baronesa Nadine de Rothschild, heredera de una fortuna incalculable, y por supuesto, dueña también de una bodega superexclusiva en nuestra cordillera
Así es como se entiende todo este interés por el Mendoexit o por emancipar Mendoza. ¿Lo ves? Es un negocio doble: el inmobiliario, por las bodegas, pero el más importante: el negocio del agua. Y por detrás, muy por detrás, recogen las migajas que caen de la mesa los políticos como Cornejo. Mirá los que nos decía el mismo entrevistado.
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Para que no te queden dudas de quiénes están detrás del negocio del #Mendoexit y qué intereses están buscando, nada mejor que leerlo de sus propios artífices.
El 5 de junio, la revista The Economist, de la dinastía Rothschild, que como viste tiene tierras, bodegas y sobre todo intereses en el Valle de Uco de Mendoza, agitó el parche a nivel internacional para empujar el separatismo. Como si no tuviéramos quilombos propios por acá.
Lo bueno es que esa publicación deja perfectamente en claro para quiénes están trabajando tipos como Cornejo, Suárez y toda la runfla que busca separar parte de la Argentina.
Y la razón está clarísima. Lo oíste del coronel Pissolito: "Es más negocio producir agua que producir vino".
Eso es así, porque los sucesivos gobiernos de Mendoza, radicales y peronistas, no importa, le han permitido a empresas extranjeras extraer agua a lo bruto desde el pie de la cordillera. Empresas que extraen este recurso natural abundante y de excelente calidad, lo envasan y lo venden. Acá y también en el exterior. A las provincias petroleras, las empresas les dejan regalías, justamente por estar extrayendo un recurso tan valioso desde las entrañas de la tierra. ¿Sabés cuánto pagan las empresas de agua minera por sacarle el agua a Mendoza? Mirá
Eso equivale a 6 centavos por litro. ¡Seis centavos por litro de la mejor agua del planeta!
Se quedan con el agua, la extraen, pagan centavos (¡cuando pagan!), y se llevan las riquezas a sus países.
Esto me hace acordar a lo que intentaron hacer en el acuífero guaraní, estas mismas empresas.
Y también a lo que pasa en nuestra Patagonia con Joe Lewis, otro magnate, amigo de Macri, que usa nuestros lagos y nuestros ríos y no deja un centavo en el país.
Por eso me parece que la amiga Kamala Harris se equivoca cuando nos dice que en el futuro las guerras van a ser por el agua.
No, Kamala. Esas guerras ya están siendo en el presente.
Y lo peor, al menos para los argentinos: las estamos perdiendo.