María Eugenia Vidal compraba el silencio de la corrupción con puestos en el Estado
Mentiras del relato
Las campañas políticas de Cambiemos fueron lo más parecidas a una campaña publicitaria de productos comerciales. Ya en ejercicio del poder, el relato para sostenerse también estuvo plagado de característica del discurso comercial. Vendieron sus políticas como un alfajor o un viaje turístico.
Sus discursos estaban plagados de conceptos vacíos y superficiales. Podemos recordar los cómicos slogans como “la revolución de la alegría” o las patéticas metáforas con las que pretendían explicar la realidad social, como las del “túnel negro con la luz al fondo”.
Entre todas estas superficialidades vacías de verdad y de contenido, también intentaron instalar la lucha contra la corrupción y la lucha contra el narcotráfico. Ahora bien sabemos que ninguna de las dos fueron verdad, todo lo contrario.
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Mientras armaban operaciones antidroga en de características cinematográficas, Mauricio Macri y Patricia Bullrich se abrazaban con Sergio Varisco, intendente Pro de Paraná condenado por narcotráfico.
De la misma manera, se declaraban en contra de la corrupción mientras encubrían sus propios accionares delictivos. Apelaban a la honestidad, al cambio de valores, mientras hablaban mirando a los lentes de las cámaras de televisión con un tono entre entristecido y penoso. Difícil dudar de semejante performance. Porque, ante todo, estos políticos son actores de reparto; y como en una obra de teatro, la ficción siempre intenta convencer.
Aportantes truchos y la compra del silencio
Cuando estalló el escándalo de los aportantes truchos, María Eugenia Vidal, famosa por su aparentada e incuestionable inocencia al hablar con sus maneras maternales, pretendió hacerse cargo del asunto y pedir la renuncia a la contadora de la Provincia, María Luisa Fernanda Inza.
Noticia de Infobae.
Así, Vidal se desvinculaba de los hechos (¡como si la campaña electoral hubiese sido para la contadora y no para ella!) y reforzaba su relato de lucha contra la corrupción. En sus palabras, eran hechos inadmisibles.
Finalmente, Inza renunció a su cargo como contadora de la Provincia. Sin embargo, también obtuvo un cargo en otra dependencia del Estado. En él estuvo desde febrero del 2019 hasta diciembre del mismo año.
Recibo de haberes de María Luisa Fernanda Inza.
Certificado de trabajo.
Si ella era la responsable de la corrupción, ¿por qué la administración de Cambiemos la conservó en el Estado? ¿No será una forma de comprar el silencio? ¿No es esto una forma de involucrarse en la corrupción y ser cómplice? ¿No será que la verdadera responsable de los aportantes truchos no es una contadora, sino quien está por detrás y los verdaderos y únicos interesados en llevar adelante una campaña política?
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