Durante estos días se ha discutido mucho acerca de las formas de financiar las soluciones a la crisis. Es evidente que el estado debe recaudar fondos de algún lado. Igual que en los países del primer mundo, se ha emitido moneda y ahora se discute el cobro de impuestos extraordinarios a las grandes riquezas.

Esto se plantea dentro del marco de una situación excepcional de emergencia mundial y no en el intento de que el estado avance monstruosamente sobre el ámbito privado, como quiere hacerse ver. Para empezar, las grandes riquezas se amasan siempre en relación con el estado porque es su mayor cliente o quien garantiza las condiciones de acumulación desmedida.

“No es sólo cómo vamos a sostener el estado, a quién le vamos a cobrar un impuesto para sostener el estado, sino también qué otras medidas vamos a tomar para sostener el empleo", Sergio Massa.

Pero las grandes riquezas, grandes en serio, son por ello mismo muy poderosas y utilizan todo a su alcance para impedir ser alcanzados por una medida necesaria para solventar la crisis. No es únicamente para sostener al estado, sino también para sostener las medidas que se han impulsado desde el estado destinadas a sostener el empleo privado y las empresas privadas.

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Por ejemplo, los 120.000 millones de pesos que se han puesto a disposición de los bancos para que las PYME puedan financiar los sueldos. Por ejemplo, los bonos a jubilados, monotributistas más bajos y trabajadores informales para que puedan seguir consumiendo: comprándole a ese comercio que necesita vender porque si no tiene que cerrar. Ese dinero tiene que salir de algún lado.

“Hacer la distinción entre el que tiene el patrimonio timbeando, y el que tiene el patrimonio produciendo, generando empleo, pagando salarios. Hacer la distinción respecto de quién la tiene acá y quién la tiene afuera; o sea, quién confía en el país y quién además no desconfía en el país”, Sergio Massa.

La estrategia más siniestra, pero también la más efectiva, es la identificación. A través de la desinformación de los medios hegemónicos de comunicación intentan instalar la idea de que no hay diferencia entre una PYME, un pequeño comerciante o profesional con ahorros, y una gran empresa multinacional. Así se logra que mucha gente crea que un posible impuesto también los afectaría a ellos. Esa es la manipulación mediática.

“Ya pasó mucho tiempo desde los Panamá Papers, pero lo cierto es que los que tenían la plata afuera, gobernaron con la plata afuera y hoy la siguen teniendo afuera”, Sergio Massa.

Las grandes fortunas son las que guardan los miles de millones de dólares en cuentas en paraísos fiscales para evadir impuestos. Como la familia Macri, a quienes se les probó la existencia de cuentas offshore; que además son dueños de varias de las empresas más grandes del país, que viven del estado y nuestros impuestos, y que aparte le deben al estado. Por ejemplo, Correo Argentino.

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