Son los mismos de siempre haciendo lo de siempre: custodiando intereses privados e intentando sacar rédito en una situación de emergencia. En su trabajo son muy evidentes y queda al descubierto para quién trabajan: para los grandes poderes económicos.

Dicen que sus dichos son opiniones, pero en realidad están operando. Es una acción coordinada. De a poco, intentan instalar la idea de que la cuarentena no tiene utilidad. Para ellos, hay que ocuparnos de la economía porque de cualquier manera habrá muertos, por la enfermedad o por el hambre.

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¿No ven, acaso, las cantidades de fallecimientos en Estados Unidos, en Italia, en España, países que actuaron demasiado tarde? Entonces ahí queda claro cuál es su única convicción: el billete.

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