Alejandro Olmos Gaona, director del Observatorio de la Deuda Pública de San Luis, habló con Duro de Callar sobre la preocupante situación del déficit de las arcas públicas que se arrastra desde hace décadas.

Según el especialista, la deuda pública del Estado Argentino no para de crecer y en este momento es equivalente a u$d 382.000.000.000.

Además, lo que preocupa es el déficit cuasifiscal generado por las LELIQS, los instrumentos financieros que emite el BCRA.

Tan sólo en una semana, el déficit del BCRA aumentó en $ 750.000.000.000 y en total ya acumula $ 8.000.000.000.000 (8 billones de pesos).

“Es una locura, no sé dónde va a terminar esta situación”, expresa Gaona y asegura que no hay antecedentes en la historia argentina de una emisión de LELIQS semejante.

El especialista señala que las tasas de interés de estos instrumentos financieros, que han aumentado sistemáticamente y hoy se ubican alrededor del 75%, también representan un gran problema.

Sólo en materia de intereses, este año habrá que pagarle $ 3.300.000.000.000 (3 billones 330 mil millones de pesos) a los bancos. Esto es el equivalente a la mitad de la deuda total con el Fondo Monetario Internacional.

Por otro lado, la altísima tasa de interés genera distorsiones en el acceso a los créditos bancarios para los ciudadanos.

“Con una tasa de interés del 75%, ¿cuánto te cobra el banco cuando vas a pedir un crédito? ¿El 120%? Así es imposible que alguien pueda pedir un crédito en este momento”, argumenta Gaona.

El director del Observatorio de la Deuda Pública de San Luis explica que la situación actual es producto de décadas de fallas estructurales en cuestiones económicas.

El gobierno de Mauricio Macri ya había aumentado la deuda total en casi u$d 120.000.000.000, parte de los cuales, a su vez, fueron tomados para pagar deudas anteriores.

Así, el país se va sucediendo en eternos pagos de deuda.

“La mitad de toda la deuda que la Argentina pagó durante décadas es deuda de empresas privadas que crearon para enriquecerse ilícitamente”, afirma Gaona mientras insiste en la necesidad de empezar a discutir y generar conciencia sobre este grave problema que, tarde o temprano, terminará por estallar.

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