Prioridades, sobre todo cuando los dólares son escasos
El gobierno corta los planes en cuotas para comprar viajes al extranjero y todos salen a criticar a coro. Si te quedás con la mitad de la historia, es probable que vos también sulfures como lo hacen los consumidores del canal de Macri. Mejor te recomiendo que leas esta nota para entender qué hay detrás de la medida y qué se está buscando privilegiar.
Al diablo los atractivos planes de cuotas sin interés para pagar los viajes al exterior.
¿Estaban buenos? Sí.
¿Les hace un hueco a los que querían viajar? Sí.
¿Es una medida que no sólo afecta a la clase alta sino también a la clase media? Sí.
Todo eso es correcto. Por eso el análisis que te propongo es ver qué otras alternativas había y por qué se eligió ésta.
Vamos por parte. Todos sabemos que Argentina sufre una fuerte restricción de dólares. Es simple: gastamos más dólares que los que nos entran. Y encima debemos una torta monumental.
Y aquí aclaremos algo central: ¡gracias señores del campo! Si no fuera por ustedes, no exportaríamos un carajo y estaríamos doblemente jodidos.
Entonces entramos en la segunda parte del análisis. ¿Estamos conformes con que nuestra economía viva eternamente de los dólares que genera el campo? De ninguna manera. Porque ya sabemos lo que eso genera:
-Grupos económicos muy concentrados con altísima capacidad de lobby y presión
-Muy bajo agregado de valor
-Muy baja demanda de mano de obra
-Alta informalidad laboral.
Y además de todo eso, concentra la riqueza en pocas manos, riqueza que es muy difícil de distribuir porque mucha de ella es enviada al extranjero. Fijate que no pongo ningún adjetivo. Sólo te estoy describiendo lo que pasa.
A pocos días de asumir su gobierno, Macri se trasladó con todas su comitiva a un campo en Pergamino para anunciar la baja de las retenciones.
Entonces ¿cuál es el plan? Simple: industrializar. Justamente porque la industria por lo general tiene las virtudes contrarias a los vicios que tiene el campo (otra vez: no estamos haciendo ningún juicio de valor):
-La industria está muy diversificada, por lo tanto no se concentra en actores excesivamente poderosos
-Tiene alto agregado de valor
-Tiene mucha demanda de mano de obra
-Tiene alta formalidad laboral.
Sumale a eso el hecho virtuoso de que todo aquello que se produzca aquí, es un producto menos que tenés que importar, por lo tanto, menos salida de dólares.
Pero entonces, si es tan virtuoso ¿por qué no nos tiramos de cabeza hacia ese modelo?
Bueno, respuestas hay muchas y creo que atraviesan toda la historia argentina, desde 1876 cuando llegaron los primeros buques frigoríficos, hasta la actualidad. Por lo general, cuando han gobernado presidentes "populares" se ha intentado fomentar más la industria. Cuando han gobernado presidentes más "conservadores", se ha intentado favorecer más al campo. Igual, a ese planteo no lo vamos a responder acá.
Lo que sí vamos a analizar es el hecho de que el actual gobierno indudablemente está intentando fomentar la recuperación de la industria, a diferencia del anterior, que se inclinó decididamente por el campo.
La idea de recuperar la industria formó parte de la plataforma electoral, de los discursos de campaña y fue lo que la gente votó.
Pandemia mediante, las políticas actuales van en esa dirección, la de fomentar ese sector. La consecuencia directa es que la industria viene recuperándose a muy buen ritmo, y ya ha alcanzado niveles similares a los de 2018, antes del desbarranque de nuestra economía.
Te lo dicen todos los indicadores: producción industrial, empleo industrial, exportaciones industriales... y un indicador más que es clave: importación de bienes de capital.
¿Y eso? Ahí está la clave, muchachos. Y esto pasa siempre: cuando crece la industria, automáticamente hay mayor demanda de importación de insumos, maquinaria o transferencia de tecnología. Y eso sale guita. Y eso se paga en dólares. Y esos dólares salen de algún lado. Y cuando los dólares son escasos, los billetes que se destinan a eso, deben salir de billetes que se dejan de destinar a otra cosa, no tan productiva, no tan estratégica.
Entonces volvamos al principio. ¿Qué pasó el jueves? El Banco Central anuncia que se restringe la venta de pasajes aéreos al extranjero sólo a aquéllos que puedan pagarlos de contado.
¿Cuánta guita se nos va a los argentinos por gastos de turismo/viajes en el extranjero? Un vagón: 11 mil millones de dólares. Lo que se hizo, entonces, fue intentar bajar ese número.
Y sí, obvio. Deja a un montón afuera y a un montón con bronca.
Y sí, obvio. Les da de comer a políticos como Negri, que salen a los gritos diciendo que "atenta contra la libertad de los argentinos de salir del país".
Y sí, obvio. Les da letra a toda la runfla de periodistas del canal de Macri para sigan llenando de odio a sus televidentes mientras los vacían de información.
Pero acá viene lo importante. El mismo día en que se firmó esa restricción, en contrapartida se facilitó el acceso al mercado de cambios para las importaciones de bienes de capital. Lo hizo con una circular que apunta directamente a favorecer a las PyMEs industriales que buscan adquirir maquinaria, insumos o tecnología.
¿Te acordás? Lo que te decía al principio.
Entonces fijate. Si leíste hasta acá, te darás cuenta que lo que se está haciendo con esta medida es administrar la escasez y poner los billetes donde tenemos chances de que nos dejen algo mejor. Para nosotros y para los que vengan detrás de nosotros.
Si hubiera exceso de dólares en el BCRA, obviamente otro sería el escenario. Pero eso no sucede ni sucederá en el corto plazo.
Entonces habrá que administrar.
Lo contrario, aunque no lo creas, sería populismo.
¿Se entiende?