Ahora entendemos por qué Macri nos pedía enamorarnos del Fondo
En 77 años de existencia, el Fondo Monetario Internacional sólo ha contribuido a generar dependencia y deterioro en las economías de Latinoamérica. Un organismo timoneado desde la Casa Blanca, que usa el dinero para someter la región. Y lo hace a través de figuras como Macri, que le son funcionales para sostener su estructura y su dominación. En este informe vas a leer cómo han crecido las ayudas del Fondo a lo largo de las décadas, y lo más importante: por qué. Y también vas a conocer la cantidad de préstamos millonarios otorgó a los gobiernos dictatoriales del continente.
No, Mauricio. El Fondo no vino a ayudarnos.
No, Mauricio. Argentina no debe lo mismo que debía.
Sí, Mauricio. El préstamo que te dio el fondo fue "histórico", como lo calificaste en 2018. Pero no porque nos haya resultado conveniente o salvador, como lo quisiste presentar, sino porque nos dejó empernado por décadas.
Aunque parezca increíble, el expresidente Mauricio Macri volvió a defender el irresponsable endeudamiento de 57 mil millones de dólares al que nos sometió en la última etapa de su mandato, antes de ser despedido por las urnas en primera vuelta.
El martes último, durante una cómoda entrevista con Joaquín Morales Solá para TN, Macri defendió el endeudamiento, al insistir con que "el FMI, es el grupo de países importantes del mundo que ayuda a otros países y por eso presta a una tasa más baja que cualquier Banco”.
Según señaló, el organismo que lideraba Christine Lagarde “no vino a hacer un negocio, sino que vino a ayudar a la Argentina”, y resulta que nos entregó semejante brutalidad de dinero que hoy nadie sabe dónde está, “para ayudar a un país que cree que está haciendo las cosas bien y cree que hay que apoyarlo, y ese era el caso de Argentina”.
Lagarde, cenando con Macri en Olivos, en la misma sala donde años después Fabiola festejaría su cumpleaños.
Bueno, en realidad esta afirmación no encuentra asidero ni en la realidad, ni en la historia, ni en la política. De hecho, a Macri parecen haberlo dejado gritando solo esta insólita versión. Ni Vidal, ni Larreta, ni Santilli van a sentirse cómodos hablando del tema. Obvio.
Como tampoco se lo vio muy cómodo al actual presidente del BID, Mauricio Claver Carone, quien antes era alto funcionario del gobierno de Trump dentro del Departamento del Tesoro de los Estados Unidos, cuando admitió públicamente en un foro internacional, que gracias a su influencia se destrabó el otorgamiento del astronómico crédito para financiar la campaña de reelección presidencial de Macri.
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"Trump consideraba a Mauricio Macri una pieza clave en el tablero geopolítico de América Latina y utilizó todo su poder institucional para sostener al gobierno de Cambiemos", dijo el funcionario, probablemente sin percatarse de que estaba mandando a la hoguera todas las versiones idílicas que nos intentaban vender la dupla Macri-Lagarde.
El resto ya lo sabemos. Esa guita sencillamente se evaporó en la fuga, llamada gentilmente "formación de activos externos", de la que se favorecieron los amigos del alma de Macri, sus familiares, y las empresas del grupo de WhatsApp de CEOs, que sin dudas, contaron con información privilegiada. Hacia adelante quedó una deuda impagable y eterna.
Fue tan burdo el endeudamiento otorgado a nuestro país, que el monto remitido representa cerca del 1001 % de la cuota que la Argentina tiene en el FMI, lo cual fue violatorio
de criterios técnicos-financieros establecidos por la misma normativa del organismo.
Eso es lo que sostiene un reciente trabajo del CELAG (Centro Estratégico Latinoamericano de Geopolítica), que analiza las desventuras de este organismo creado en julio de 1944 ni bien terminada la Segunda Guerra.
El paper rescata los objetivos reseñados en el Convenio Constitutivo de este organismo multilateral, que entre otros puntos se proponía "fomentar la cooperación monetaria internacional para estabilizar los ciclos económicos y corregir los desequilibrios de balanzas de pagos de los países miembros".
Sin embargo, tales objetivos no parecen haberse cumplido, al menos en Latinoamérica, donde más bien lo que se logró fue construir in poderoso instrumento para consolidar la hegemonía de EEUU y el dólar como moneda internacional. Así lo entienden el autor del informe, el economista argentino Guillermo Oglietti, doctor en economía aplicada y subdirector ejecutivo del CELAG. De allí que el trabajo que lleva su firma y la de Lisandro Vergara, haya sito titulado "A Fondo contra Latinoamérica. Las razones que explican el fracaso del FMI en la región".
TODO EL PODER A LA CASA BLANCA
Pese a la copiosa declaración de supuestas buenas intenciones con las que nació el FMI, lo cierto es que, a lo largo de los 77 años de existencia, el organismo se ha dedicado a ejercer el poder. Y tiene con qué.
"Puede rechazar solicitudes de crédito, exigir políticas antipopulares sin asumir responsabilidad, desconocer la legitimidad de un gobierno y prestarle a uno de facto. Puede ejercer presión con solo hacer declaraciones, redactar informes, ‘country reports’ o hacer proyecciones económicas negativas que desaten tormentas financieras", señala el informe.
Uno de los aspectos más relevantes que permiten ejercer ese poder es la propia estructura del órgano de gobierno del FMI, ya que, según su Convenio Constitutivo, las decisiones trascendentales deben ser aprobadas con más del 85 % de los votos. Y aquí está la trampa: al contar con el 16,51 % de los votos, Estados Unidos tiene poder de veto sobre el resto. Así como lo leés. Si todos los miembros restantes se pusieran de acuerdo en tomar alguna medida radical que modifique los criterios esenciales del Fondo, no podrían hacerlo, porque la constitución del FMI le otorga a Estados Unidos la capacidad de decidir, por sí solo, el rumbo estratégico del organismo.
Algo de esto pasó con lo que contó Claver Carone, en una especie de sincericidio. “Yo tenía a los europeos enfrente de mí, cuando impulsamos el programa de asistencia más grande en la historia del Fondo Monetario Internacional para ayudar a la Argentina en su momento de crisis, fueron los europeos que estaban peleados contra nosotros, porque no querían ayudar a la Argentina”, contó. Y ahí nos queda claro que por más que el resto se oponga, el que manda en el FMI es el tipo sentado en el Salón Oval de la Casa Blanca.
¿EXITO O FRACASO?
Pero si en algo es claro el trabajo del CELAG es en la cuantificación de los préstamos que el Fondo le ha otorgado a Latinoamérica y el Caribe en las últimas siete décadas. A valores actuales, el monto total llega a 1,24 billón de dólares. O sea, es 124 y luego diez ceros en dólares, otorgando entre 40 y 60 préstamos en cada década desde entonces.
Lo interesante acerca del monto utilizado en la tarea “estabilizadora” del FMI, es que pasó de 23 mil millones de dólares en la década del 60 hasta 657 mil millones en los años 2011-2021. Esto significa, según señala CELAG, que el monto de los acuerdos necesarios se multiplicó 28 veces, mientras la economía aumentó menos de 6. "Las economías latinoamericanas necesitaron aumentar desproporcionadamente su endeudamiento en este período", sostienen Oglietti y compañía.
"Estamos ante este triste dilema: o el Fondo fracasó a pesar de su enorme 'poder de fuego' o, por el contrario, el objetivo del Fondo no era estabilizar sino endeudar la región", dicen los autores del informe, y la verdad tienen razón.
En este gráfico, vemos en el eje de la izquierda los montos totales otorgados. Y en el de la derecha, los promedios de los créditos dados. Como ves, el crecimiento ha sido monstruoso, y no tiene relación con la expansión de la economía de la región. Más bien parece haber sido al revés. Por eso los autores del informe infieren que tal vez no es que el Fondo, como "principal artífice del diseño financiero y monetario global", no haya cumplido bien su mandado, sino que probablemente "fueron otros los objetivos que tuvo".
DEMOCRACIA, BIEN GRACIAS
Como todo organismo regenteado por Estados Unidos, la excusa del apoyo a los gobiernos democráticos aflora cada vez que el FMI decide una intervención fuerte en un país, o por el contrario, cuando se rehúsa a dar ayuda a un país en necesidad palmaria.
Esto último pasó, por ejemplo, en 2020, cuando el organismo rechazó la solicitud de Venezuela para lograr una asistencia financiera con el fin de enfrentar los estragos de la pandemia. El argumento fue que el gobierno de Maduro tiene problemas de legitimidad porque la mayoría de los miembros reconocen al presidente autoproclamado en una plaza pública, Juan Guaidó.
Semejante respuesta, remarca el trabajo, "contrasta con la falta de escrúpulos que tuvo a lo largo de su historia, prestándole dinero a todas las dictaduras americanas".
Y no es una afirmación al pasar. El detalle te va a sorprender. De los 404 acuerdos crediticios que firmó el FMI a lo largo de su historia con países de Latinoamérica, 131 fueron otorgados a dictaduras. O sea, a gobiernos de facto. Militares, dictadores, autócratas que se arrogaron el poder en un país, por la fuerza, generando masacres, desaparecidos, torturados y exiliados. Aún con todo ese prontuario, el Fondo Monetario Internacional no encontró impedimentos para entregarles cuantiosas sumas de dólares, naturalmente para incidir en la política de esos países.
Lo más increíble es que al tope de las dictaduras "beneficiadas" por las asistencias del FMI figura el país más pobre del hemisferio occidental: Haití, a cuyo dictador, François Duvalier, taparon de dólares hasta su muerte, en 1971, mientras llenaba al país de deuda y de pobreza. Las dictaduras de Panamá, El Salvador, Paraguay y Brasil completan el Top5 de los gobiernos de facto más favorecidos por Estados Unidos al timón del FMI.
Argentina, como ves, aparece bastante abajo. Y aunque no lo creas, figura Cuba, cuyo dictador, Fulgencio Batista, recibió préstamos hasta apenas unos meses antes de la entrada de Fidel Castro a La Habana. De hecho, una de las primeras medidas de su gobierno fue saldar todos los créditos y retirar al país insular del organismo. Nunca más volvieron a verse.
Como ves, el panorama no ha sido sencillo, y la vuelta al Fondo, por más que Macri insista, de ninguna manera una idea inocua. Más bien todo lo contrario.
Como bien señala el trabajo de CELAG, en sus casi ocho décadas de existencia, el FMI no ha cumplido ninguno de sus objetivos, sino que ha agudizado los problemas existentes. Y por esa razón es que sus préstamos tienen que ser cada vez mayores, mientras a la vez generan "mayor fragilidad y dependencia de nuestros países".
Quizás vaya siendo hora de afirmar que en realidad éste y no la asistencia hayan sido el verdadero propósito del Fondo.
Y no tengas dudas: a ese sí que lo han cumplido.
Y un anticipo, antes de que te vayas: Mañana te vamos a contar quiénes han sido los personajes que han estado al frente del FMI en las últimas tres décadas, y dónde han terminado. Te aseguro que no lo vas a poder creer