La terrible historia del suegro de Rodrigo De Paul, uno de los perseguidos por la Gesatpo macrista
La guerra contra el sindicalismo que encaró el gobierno de Mauricio Macri, que involucró todo tipo de prácticas ilegales desde el espionaje hasta el apriete judicial y la difamación mediática, arruinó vidas de personas que no tenían ninguna participación en la actividad sindical, pero que fueron útiles para las maniobras judiciales. Una de esas historias es la de Horacio Homs.
Horacio estuvo 222 días preso por una cédula verde. Su exesposa también estuvo presa.
Su hija, pareja del futbolista Rodrigo De Paul, perdió un embarazó por el estrés de tanto tiempo de persecución. Ahora cuenta todo esto con cierta calma, pero en la voz se le nota el dolor, la frustración y la impotencia.
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La historia es así:
Homs era dueño de una gran empresa de catering. Llegaron a vender 50.000 raciones al día y entre sus clientes se encontraban grandes empresas nacionales e internacionales como YPF, Techint, Odebrecht e incluso hasta Presidencia de la Nación.
Su empresa contaba con más de 25 vehículos nuevos para el transporte de la mercadería y tenía cerca de 200 empleados.
Por su buen pasar económico, Homs era dueño de varios autos de alta gama, entre ellos, una Ferrari; y también poseía un helicóptero y un avión.
Según detalló en una entrevista exclusiva, Homs gestionó la cédula verde de uno de sus vehículos para que un conocido, nada menos que el “Pata” Medina, pudiera usarlo para viajar a otra provincia.
El empresario niega que Medina y él mantuvieran una amistad. Su relación se circunscribe al ámbito laboral: el sindicalista representa a los trabajadores de una de las empresas a las que él proveía.
Homs asegura que Medina jamás puso un pie en las instalaciones de su empresa.
Sin embargo, aquella cédula verde fue suficiente para que el aparato de la GESTAPO macrista se pusiera en marcha.
Automáticamente, Homs pasó a ser testaferro de Medina. Y así quedó atrapado.
La AFIP secuestró sus vehículos. Algunos fueron cedidos a la misma AFI. Le llevaron una camioneta de alta gama con 40.000 km y se la devolvieron con 130.000 km. El helicóptero lo usa la Policía Federal para hacer vuelos de instrucción.
Pero lo peor fue el destino de su empresa. En medio del proceso, le pusieron un interventor y la desvalijaron. Le sacaron desde los asesores hasta el techo. Los 200 empleados quedaron en la calle.
Según Homs y abogado, en la causa no hay justificación para ninguno de los embargos. Ni siquiera hay otras pruebas que lleven a la sospecha de que él era realmente testaferro de Medina.
Cuando lo fueron a buscar para meterlo preso, el empresario cuenta que le dijeron “te ponemos el casquito y el chaleco para la foto, por orden de la ministra”. Esa ministra era Patricia Bullrich, por si hace falta recordarlo.
Todo era para el show mediático. Todo para sostener las mentiras de la “lucha contra las mafias”. En realidad, era apriete y persecución ilegal.
Horacio Homs admite que recibió ofrecimientos a cambio de su libertad, pero todavía no se anima a decir que esos venían directamente desde la Justicia.