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El fiscal reflexiona sobre las características del problema del sistema penitenciario. Sugiere despolitizar el conflicto. Mirá la entrevista.

El presidente de la Asociación de Fiscales Nacionales es claro en señalar que la capacidad de dictar la prisión o la excarcelación de una persona es una competencia de los jueces. Los fiscales también pueden acordar u oponerse a la determinación de excarcelación o eximicón de prisión. De cualquier manera, es potestad únicamente del Poder Judicial.

Por un lado, Rívolo expresa que el conflicto los tomó por sorpresa; por otro, también reconoce que los problemas estructurales del sistema penitenciario no son en absoluto nuevos. Es una hipótesis difícil de sostener, al menos para una parte del Poder Judicial que conocía perfectamente el estado de las cárceles a través de inspecciones y reiteradas denuncias.

Si bien el fiscal reconoce la magnitud del problema y propone abordar la situación desde una perspectiva principalmente sanitaria, también advierte del cuidado que se debe tener en la aplicación de las medidas de prisión domiciliaria. En lo que a él y a sus representados compete, tienen bajo su responsabilidad las condenas por delitos federales que resultan muy sensibles: crímenes de lesa humanidad, narcotráfico, secuestros extorsivos y trata de personas, entre otros.

"¿Es un problema sanitario o es un problema de otro tipo. Si es un problema sanitario, ¿importan algunos o todos? Importan todos", Carlos Rívolo.

Bajo la lógica de abordar de esta manera el problema, Carlos Rívolo expresa un díficil pedido a los fiscales federales: que se corran de la politización mediática. En efecto, los medios de comunicación han presionado mucho durante los últimos días. El fiscal insiste en separar aquéllo de las verdaderas funciones del Poder Judicial.

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