Si hubo testeo, alguien se tuvo que poner: adiviná quién
Larreta afirmó, categórico, que se había exigido testeo para ingresar al cumple de Carrió en Exaltación de la Cruz. 70 invitados, más los mariachis y el personal que atendió. ¿Se lo habrán hecho en la salud pública? Entrá a la nota y fíjate si vos también le pagaste la fiesta de 64 a la ex diputada de Cambiemos.
Nada que ver una fiesta con la otra.
Una, en pleno pico de la pandemia. La otra, cuando ya las cosas empezaban a calmarse.
Una, en la Quinta de Olivos. La otra, en la casaquinta de Lilita Carrió en Exaltación de la Cruz.
Una, con un solo político presente (el resto, todos amigos de la primera dama). La otra, salvando a los mariachis, todo el resto era el círculo rojo de la política y el empresariado (aunque faltó el uno).
Una, en plena Fase 2, cuando recién comenzaban a aliviarse las restricciones iniciales. La otra, en Fase 4, que tampoco te creas que implicaba muchas más libertades.
Una, el 14 de julio. La otra, el 26 de diciembre. Ambas en 2020, obvio.
En una, 12 comensales más el que sacó la foto, con lo cual el exceso sobre lo autorizado (10) era del 30%. En la otra, más de 70, lo que implicaba un exceso del 250% sobre el máximo permitido (20).
Una, se mantuvo en secreto hasta que las fotos certificaron que fue real. La otra, se publicó hasta en la revista Caras.
En una, el anfitrión salió a pedir disculpas públicamente. En la otra, la cumpleañera se dio por ofendida, asegura que lloró y que le dieron ganas (otra vez) de irse del país (sabemos que en Miami no se siente nada mal).
Pero también hubo coincidencias. En ninguna de las dos se vio nada parecido a un barbijo. En las dos hubo flagrantes violaciones a las normativas vigentes (normativas que había dictaminado el anfitrión de la fiesta uno, eso está claro).
Mirá el video
"No podés comparar. La de Carrió fue a fines de diciembre, cuando el municipio en el que se realizó estaba en Fase 4", respondió vehemente uno de los distinguidos comensales, que da la casualidad que es el jefe de Gobierno Porteño, Horacio Rodríguez Larreta.
En el afán de quitarle importancia y gravedad a lo que claramente fue una fiesta clandestina (de hecho el intendente Diego Nanni desmintió una supuesta autorización para la fiesta), Larreta aseguró que además de que el evento fue al aire libre (las fotos lo desmienten, pero bué...), "las mesas fueron de ocho personas cada una", y acá lo más importante: "Se pidió PCR".
Alto ahí. Clavo los frenos en seco. Me detengo en un detalle que usa Larreta quizás sobreactuando las precauciones que tuvieron los presentes: "se pidió PCR".
Y ojo porque lo mismo había dicho Lilita Carrió cuando lanzó la mentira de que el evento contaba con la autorización del municipio: "Todos vinieron testeados".
Fenómeno, Lilita, así que todos concurrieron testeados, o con PCR, como dijo Horacio.
Setenta comensales, dijiste, ¿no?
Vos, que estás leyendo esta nota ¿sabés cuánto sale hacerte un PCR en una institución privada? Te lo respondo yo: no baja de 6 lucas. Y si te tienen que testear a domicilio, sumale dos mil más. En algunos lugares te cobran directamente 50 dólares. Acá podés conseguir uno en Mercado Libre, mirá. Hacé vos la cuenta.
Vamos a tomar el valor más bajo de todos los que conseguimos: 6 mil pesos.
¿Dónde creés vos que los distinguidos comensales de Lilita habrán hecho los test?
Mirá, en el la CABA funciona un sistema público, que te mandan la ambulancia a domicilio para que te testee en el acto. Obviamente es para casos excepcionales y lo maneja a discreción el gobierno de la Ciudad. Pero no es gratis. Se paga con la guita de los impuestos.
Entonces yo le quiero preguntar a Larreta, o a Mario Negri, o a Alfonso Prat Gay, a Mario Barletta, a Mario Quintana, a José Torello, a Juan Manuel López, a Toty Flores, a Paula Oliveto, a Mariana Zuvic o Mónica Frade, que son sólo algunos de los 70, dónde fue que se hicieron los tests. Y si alguno me puede mostrar un comprobante del pago de las 7 lucas, que tuvieron que gatillar para ir al cumple de su amiga Lilita.
¿Querés que saquemos cuentas? Setenta invitados más cinco mariachis, más el personal que atendió, más la seguridad. Estamos hablando de unas 90 personas, como mínimo. Multiplico por $7 mil y me da $ 630 lucas sólo para garantizar que nadie tuviera el famoso bicho. Y todavía no les he servido ni un canapé.
No quiero pensar que el estado nacional, provincial, o de la CABA se hizo cargo de los tests para que Carrió festeje a puro mariachis su cumpleaños número 64.
Porque si fuera así, si los 70 invitados no pueden demostrar que pagaron de su propio bolsillo el requisito sine qua non que impuso la anfitriona para que pasaran a tirarle las orejas, si alguno se hizo el pícaro y nos hizo pagar a todos la entrada a la jodita, estaríamos en un caso flagrante y confeso de peculado.
¿Qué es el peculado? Es la apropiación indebida del dinero perteneciente al Estado por parte de las personas que se encargan de su control y custodia.
Horacio, vos mismo dijiste que les exigieron PCR. ¿No te lo habrás hecho en las ambulancias del SAME, ¿no?
Nos vemos entonces en una disyuntiva: o Larreta chamuyó con lo del PCR y no exigieron nada, lo cual sería grave. O los PCR se los hicieron, pero los pagaron todos de nuestra guita, lo cual sería un delito.
Pastilla roja o pastilla azul. ¿Vos con cuál te quedás?