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Julio Kademian, empresario de estaciones de servicio de Córdoba, conversó con Duro de Callar y esto decía: 

“El aumento del 5% en los combustibles es una actualización impositiva de lo que se llama impuestos internos, el impuesto a los combustibles líquidos, el impuesto al dióxido de carbono”

“Las petroleras escasamente le venden a las estaciones de servicio de la ciudad de Córdoba, el litro de nafta a $450. Pero al consumidor final el precio que le llega es de $1000”.

¿Dónde quedan los otros $450?

“En el bolsillo del Estado, de la casta”, dice Kademian.

La mitad del valor del combustible son impuestos que se distribuyen la Nación, las provincias y los municipios.

Entonces, ¿cambió algo con el gobierno de Milei?

“Al contrario, se aceleró”.

“Vinieron a bajar los impuestos, no los bajaron”.

“Iban a sacar los impuestos del campo, tampoco cumplieron”.

Entonces, ¿qué están haciendo?

“Actualizando el retraso de 30 meses del gobierno anterior”

Pero a esta actualización, hay que sumarle el ajuste y la devaluación.

“Acá el peor monstruo, es el Estado, los últimos aumentos se los quedó el Estado y ellos han generado el derrumbe de las ventas”.

“La gente que vive de ingresos fijos no puede consumir lo mismo que antes. Las ventas cayeron un 30% en las estaciones de servicio desde mediados de diciembre pasado”.

“Si acá hay algún responsable, no son las petroleras, ha sido el Estado que decidió poner los dedos en el tema impositivo”, finaliza el empresario.

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Julio Kademian, empresario de estaciones de servicio y combustibles