Dice el Padre Carrara, vicepresidente de Cáritas: "La salida es seguir apostando a la solidaridad, al entramado social"
En medio del conflicto por la entrega de alimentos que afecta al Gobierno Nacional, en el día de ayer se dieron a conocer los números de la pobreza por partida doble. La iglesia presentó un informe donde denuncia que la pobreza llega al 55% y la indigencia es del 17,5%. Por otro lado la UCA coincidió en el número, marcando un salto de 11 puntos con respecto a la última encuesta realizada en el último trimestre del año pasado.
Duro de Callar conversó con Gustavo Carrara, sacerdote, vicepresidente de Cáritas, quien se desempeña como 7° Obispo Auxiliar de Buenos Aires y Vicario Episcopal para la Pastoral en Villas de Emergencias.
Los números de la pobreza, como hemos dicho en otras oportunidades, son personas. Gustavo Carrara, sacerdote, está muy cerca de las villas y conoce en primera personas las dificultades que están atravesando “los números de la pobreza”.
Dice el sacerdote que la salida es seguir apostando a la solidaridad, al entramado social.
Este fin de semana se realiza la colecta anual de Cáritas, el lema este año es “Tu solidaridad es esperanza” y parece que en una cultura que muchas veces tiende al individualismo, “al sálvese quien pueda, al todos contra todos, apostar por la solidaridad es generar esperanzas. Sobre todo para las personas más frágiles”, expresa el sacerdote.
En el día de ayer, la UCA lanzó un informe donde estima que los números de la pobreza en nuestro país saltó a un 55% desde el último informe realizado 3 meses atrás.
“Es un tema de la indigencia porque consolida la exclusión y eso alarma” dice el vicepresidente de Cáritas.
La mayor demanda en los barrios populares es de alimentos y el fenómeno que pega de rebote en las villas es como afectan por ejemplo la suba de las tarifas de servicios en la clase media.
“La clase media tracciona la economía de un país como Argentina” y si ésta se encuentra afectada, no puede darle trabajo a la clase más humilde. Changas, arreglos en el hogar, cuidado de personas, etc. Más impacto para las clases populares.
“Describir como vive una persona o una familia en la indigencia es una situación dramática, por eso se necesita la solidaridad de los que estamos un poco mejor. Hay muchas familias que siguen siendo solidarias”, opina el padre Carrara.
Esta noche se realiza un encuentro de Parroquias y otras instituciones que se dedican a visitar a personas en situación de calle. Se les lleva abrigo, frazadas, un plato de comida. Pero sobre todo: “Se acerca el vínculo humano, decirles, sos valioso, sos importante”, destaca el sacerdote.
También cuenta que se siente admirado por la cantidad de personas que anónimamente colaboran en la tarea de acercarse a quienes menos tienen y relata como en Bajo Flores, muchas mujeres buscan temprano los alimentos para cocinar durante el día y visitar a la noche a las personas en situación de calle.
“Lo que hacen sobre todo las mujeres en los barrios populares es ponerse al hombro las cuestiones alimentarias y de cuidado. Cocinan en una parroquia, en un comedor, en un club o asociación civil. Su preocupación es que no les falte comida a los niños, que vivan bien, por eso cuando el gobierno estigmatiza a quienes ayudan, lo primero que miro es a esas mujeres” declara Carrara.
El Papa Francisco las llama “Santas de la puerta de al lado” porque se dedican a las cosas sencillas, a las cosas humildes.
“Es importante que los alimentos lleguen a los comedores, pero si no estuvieran esas manos que cocinan con cariño, esos alimentos no podrían servirse en la mesa de muchas familias” declara el miembro de Cáritas y agrega que estas mujeres siguen cobrando desde hace varios años el salario social complementario, que equivale a medio salario mínimo vital y móvil pero nunca fue actualizado para ellas y que justamente lo que realizan es un trabajo de 4 y 5 horas diarias. Y concluye:
“Si faltaran estas mujeres en los barrios populares, con la entrega que realizan, con tantas horas de trabajo, la situación sería mucho más dramática”.
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