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Tomás Méndez conversó con Leonardo Alaniz, especialista en medición de consumos, titular consultora Esentia.

El primer factor por el que cae el consumo es por el poder adquisitivo de la gente y esto surge del shock tremendo que se sufrió entre diciembre y enero últimos.

De a poco se ven unos puntitos de recuperación en el corto plazo según Alaniz, pero el gran problema es que de los 30, 35 puntos perdidos, no se ve recuperación todavía. Por ende, lo que se destina a consumir es visiblemente menor ya que hay menos dinero para gastar.

Al mismo tiempo, no todos los precios van cambiando a igual ritmo y velocidades. Vimos en el primer trimestre una fuerte aceleración en alimentos, productos de limpieza y perfumería, pero dice el especialista que debemos prestar atención al movimiento de otros rubros de la economía, como por ejemplo transporte, servicios y otros.

“El consumo tiene una doble amenaza, un doble efecto” dice Alaniz. Se refiere a que se nota una pequeña recuperación del poder adquisitivo, pero también aumentan nuestros gastos.

Afirma que el dinero que tenemos en el bolillo empieza a gastarse más rápido en otras cosas que no son comida, como servicios, medicamentos. Dice también que algunos precios se van a ir normalizando debido a la oferta y la demanda.

Los números indican que el 30% de lo que gastamos se destina a alimentos y esta cifra va por debajo de otros rubros.

“Medimos todos los productos empaquetados y que tengan códigos de barra y esos productos están pode debajo de la inflación, sostenidamente desde hace 3 o 4 meses”, declara el consultor.

Analiza también que hay rubros que tienen números positivos como el campo, pero en realidad esto sucede ya que se compara con una base muy deprimida que estuvo marcada por la sequía del año pasado.

“No podemos negar que el número sea positivo, pero tiene sus asteriscos para analizar”, remarca Alaniz.

Con el consumo sucedería algo similar, pero a la inversa, sobre todo comparando los números de este segundo semestre con los del año pasado.

“Hubo un verano de consumo con el plan platita mediante, con el refuerzo de bonos para jubilados. El esfuerzo que hacía el gobierno para mantener el poder adquisitivo de la gente era muy grande”.

“El consumo estaba anabolizado, terminó 2023 con números positivos en un país que no crecía. El peso de la canasta de consumo en nuestras billeteras estaba sobre indexado, los números contra el año pasado se van a ver mal porque se comparan con una base muy alta” 

¿Ficticia?

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Leonardo Federico Alaniz, analista de Scentia Consulting